paagake samani tameshirintsiku
tameshirintsi inan.pos. {itameshire} ainan.pos. un sistema de trampas que se ponen en los caminos por donde caminan las aves y los animales del monte o en los cantos de las chacras. ◊ Se hace un cerco de hojas a ambos lados de un camino por donde pasan aves o animales dejando espacios libres a una determinada distancia; se amarra un lazo con nudo corredizo en cada espacio, de manera que cualquier animal que salga del monte y trate de cruzar el camino se meterá por el espacio y caerá en la trampa. binan.pos. un tipo de escondrijo hecho de hojas para acechar majases. ◊ Para cazar majases utilizando este tipo de escondrijo, primeramente se picachea yuca cruda y se pone un montón en el camino del majás por varios días para acostumbrarlo a venir cerca. Al ver que el majás la come, se prepara el escondrijo por lo menos tres días antes de la luna llena para que los majases también se acostumbren a él. (Se prefieren las noches de luna llena para no tener que esperar largo tiempo sin saber cuándo puede aparecer el majás; algunos preparan también un tambito donde esperar la noche de la caza.) El escondrijo se construye a base de un armazón de palos cubiertos con hojas, mayormente de plátanos, palmeras, etc. Se deja una pequeña apertura entre las hojas y se calcula bien la distancia y la dirección entre la apertura y el cebo que se coloca de nuevo cada tarde. Detrás del cebo también se coloca un palo con hongos kentoritsima que brillan de noche y unas hojas de inkona que se ven blancas en la oscuridad. En la noche de la caza, se coloca la escopeta en los palos transversales del escondrijo y se duerme temprano. Luego, más o menos a las diez de la noche, o más temprano en caso de que haya luna llena, aprovechando la oscuridad total, se va a esperar. Se espera un poco aparte y de vez en cuando uno se acerca al escondrijo para determinar si hay sonidos que indican la presencia de un majás comiendo el cebo; si los hay, se mira por la apertura del escondrijo y si no se viera en la oscuridad el palo con el kentoritsima ni tampoco las hojas del cetico, se sabe que el majás está entre el escondrijo y el cebo y está comiéndolo. Entonces, el cazador alumbra con una linterna que tiene agarrada en una mano y tira con la otra mano simultáneamente. Antiguamente, cuando no había linternas con qué alumbrar, ni escopetas con qué matar al majás, se utilizaban troncos huecos de pona, kamonanaki, como tubos en los que se colocaba una flecha; había que calcular bien la distancia y la dirección para poder disparar la flecha en plena oscuridad sin poder ver al majás; se afirma que algunos cazadores llegaron a ser muy expertos en esto y no fallaban. V. konótsari.