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isameto isámeto m./inan.pos. su similar, semejanza o parecido (de él). ◊ Tradicionalmente se decía que ciertos animales que antiguamente existían cuando había comunicación entre el cielo y la tierra (véase omogutotsa inkite), tenían aquí en la tierra sus similares en forma de animales demoníacos a los cuales se referían con el término isameto. Entre ellos estaban el maquisapa, la perdiz y el sajino. Se decía que el animal y su similar demoníaco se parecían en todo, salvo que los animales demoníacos eran feos y podrían hacer daño a la gente (p.ej. se pensaba que isameto kentsori el similar de la perdiz era parecida a ella misma pero con algunas variaciones como no tener plumaje completo sino tener el cuerpo cubierto de algo como ceniza). Muchas veces los nombres de estos animales llevan el sf. -niro silvestre, maléfico/a (p.ej. shintoriniro sacha-sajino). ¶ Además, actualmente se aplican los términos isameto y osameto a plantas que manifiestan las características de sus similares. Se ven estas características en muchas plantas cuyos nombres generalmente terminan con el sufijo -pini parecido/a. Se dice, por ejemplo, que la planta samanipini, que tiene rayas en las hojas parecidas a las rayas del majás, es isameto samani, y que la planta pogonto jergón-sacha, que tiene diseños bonitos en el tallo como los del jergón tavátori es isameto maranke. Las diferentes partes de las plantas, generalmente las hojas o las raíces, se utilizan por motivos relacionados con los animales cuyos nombres y características llevan; p.ej. se raspan las raíces de la planta samanipini, se mezclan las virutas con la comida de los perros y se les da para que sean buenos cazadores de majás; se usan raspaduras del tallo del arbusto maseropini el similar del sapo para curar los diviesos que tradicionalmente se atribuía a que les salían por haberse burlado del mismo sapo.

tigakotagantsi vt. {itigakotakeri} dar de comer algo mezclado en otra cosa. Itigakotantagani otsiti samanipini iraganakeniri samani. Para que cojan majases, a los perros se les da de comer la planta samanipini mezclada (con yuca) V. tigagantsi; -ako 4.8.1.1.

kaagantagantsi 1vt. {ikaagantakeri} meter o poner líquido en algo por medio de una abertura pequeña (p.ej. la nariz o la boca de alguien). Yogari koki ikaagantakeri irotsitite samanipini chapi iraganakeniri samani. Ayer mi tío puso esencia (lit. líquido) de samanipini en la boca de su perro para que cogiera majás. Inti ikaagantagani seri gaigarorira igipatsite inkamarankaeroniri. A las personas que comen tierra se les mete zumo de tabaco por la nariz para que la vomiten otra vez. 2vr. {ikaagantaka} meterse líquido por la nariz o la boca. Oshapigotitakempira merentsi, pagake santari pamurokakero, impo pinkaagantakemparo oshapireanaempara. Cuando estás fuertemente acatarrado con gripe, toma unas hojas de sacha-ajos, frótalas entre las manos y mete (el zumo) por las fosas nasales y se destaparán. V. kaagantsi2; -gant Apén. 1.

samanípini inan. esp. de planta. ◊ Para que los perros sean buenos cazadores de majás, se raspan las raíces de esta planta y se mezclan las virutas con su comida, o se prepara una esencia de ellas y se la mete en sus bocas. V. samani; -pini Apén. 1.

matsontsori

matsóntsori m. am. ocelote. bm. térm. gen. para los felinos silvestres (p.ej. jaguar; reg. tigre; puma). [‣ Entre las varias clases de jaguares y ocelotes (o tigrillos) están: potsónari, potsitari, sankénari, poinkatsirira y tínchai; se usan varios términos para referirse a ellos: p.ej. kushókishi, íshai, sankenamáiri, kovéenkari, kovóteri.]◊ Tradicionalmente se hacía una distinción entre los jaguares comunes que se alimentan de animales y los que por su supuesto origen sobrenatural manifestaban las características de demonios y solamente querían atacar y devorar a la gente. A éstos mayormente se les reconocían por ser muy flacos o por llegar hasta la casa buscando a sus víctimas. Se decía que si se pronunciaba el nombre de tales jaguares o si no les respetaba y decía algo como, por ejemplo, “si viene, lo voy a matar”, la tierra, que era su hermana, le avisaría, y él se molestaría y vendría a atacar. También burlarse de ciertos otros animales y aves era motivo para que comenzaran a convertirse en jaguares y vinieran a devorar a la gente. Se advertía que cuando se mataba un jaguar, se debía cortar la cabeza y enterrarla boca abajo, porque de otra manera la cabeza podría unirse otra vez al cuerpo y regresar. ¶ Antiguamente se contaba que algunos de estos jaguares feroces debían su origen a la muerte de un chamán poderoso que había resucitado en forma de jaguar. Se decía que otros existían porque un ave o un animal se convirtió en jaguar para vengarse de alguien que se había burlado de él o que le había remedado. (Existía un gran número de tales animales.) Se decía que aun otros se originaron cuando un hombre tomó kavuniri con el propósito de convertirse en jaguar. ¶ Se contaba que los jaguares eran los dueños de lo nublado así que había que cuidarse mucho en los dias nublados (véase amokagantsi). Se pensaba que el bostezo del jaguar hacía nublarse, y que si un cazador, andando por los cerros, gritaba, “Nogireakeri matsontsori”, ”He despertado (o estoy despertando) al jaguar”, se ponía nublado y comenzaba a llover. ¶ Antiguamente cuando uno era matado por un jaguar, lo amarraban en una topa que tenía unos dibujos pintados con achiote o carbón para que no lo comiera el jaguar, y lo ponían en el río para que fuera río abajo (yogimaatakotakeri) y el jaguar no lo encontrara. Se decía que si lo encontrara y comiera todo, especialmente el corazón, soplaría en el corazón (intapigakerora) que se convertiría en otro jaguar y éste vendría acompañando al primero para devorar a todos. ¶ Tradicionalmente se decía que cuando un jaguar grande quería atacar a la gente, venía trayendo viento y neblina; se ponía oscuro como si fuera noche. Para evitar que llegara donde la gente, dejaban pedazos de manipi donde caminaba para que hincaran sus patas y muriera en el monte. A veces se hacían flechas o dardos del mismo bambú y los tiraban a sus huellas frescas pensando que de esta manera al jaguar le comenzarían a doler sus patas, dando como resultado que se le infectarían y pudrirían. Otro método para evitar que llegara era aplicar gotas de la corteza machucada del árbol kamarampinirotaki a las huellas para que se enflaquezca y se muera en el monte. ¶ Cuando se mataba a un jaguar que se reconocía ser de los devoradores de hombres, se lo quemaba y se enterraban sus cenizas o se los arrojaban al río pensando que de otra manera, por muerto que estuviera, resucitaría y regresaría a atacar a la gente.. V. gavintakotagantsi, maniti, pankitagantsi, kípatsi.

manipi inan. esp. de bambú grande de color amarillo.

kovintsatagantsi vi. {ikovintsatake} avi. ser buen cazador. Yogari pakitsa ikovintsavagetiratyo kara, yagagematinirotyo kara ivatsa: osheto, tsimeripage, posante. El gavilán es un buen cazador y cogía mucha carne para ella: monos, pajaritos y muchos otros (animales) más. ◊ Ser buen cazador es una de las características más apreciadas entre los hombres matsigenkas y más actractivas para las mujeres. Tradicionalmente las madres decían a sus hijas: “Si te casas con un buen cazador, nunca vas a padecer de hambre”. Pisar tierra contaminada con la sangre de una mujer cuando está con la regla, o caminar donde ella ha caminado, era motivo de gran susto para los cazadores porque se pensaba que ahí mismo perderían su puntería. El remedio era machucar rizomas de piripiri iraatsivenkiki, coger el líquido con un poquito de algodón y exprimirlo en los ojos; también se frotaban las hojas del arbusto pitirishi entre las manos, y se aplicaban las gotas a los ojos y en la punta de la coronilla; a la vez, se aplicaban las hojas frotadas a los hombros. Se afirmaba que si no se utilizaban estos remedios se correría riesgo de tener mareos para toda la vida. También para los perros se usaba una variedad de hojas y bejucos para que fueran buenos cazadores, entre las cuales estaban igitoirópini shíntori, kontonápini, samanípini, etc. Yagakero opari igitoiropini ikimetakero isagantaatakeri otsiti inkovintsatanakera. Él sacó la raíz del árbol igitoiropini, la raspó y metió las raspaduras en la nariz de los perros para que sean buenos cazadores. Iragatikampogitetakero ijina oshirinkaara, ompiganakeri oriraa, gara ikovintsatai, onti impochokisetanake. Si él pisa tierra contaminada con la sangre de su mujer cuando está con la regla, le va a dar mareos, va a perder su puntería y se va a volver dormilón. bvi. atraer golpes (fig.). Okovintsavagetityo teretsi, tyampatyo ankantakempa ankenakera, ogenanekyatyo oturosetavairo posante. Las heridas atraen golpes (lit. son buenos cazadores), y cada vez que vamos (lit. y qué podemos hacer para ir) a alguna parte, ahí mismo nos golpeamos con todo haciéndonos doler. V. kogagantsi; -vintsa 4.8.3.6.